sábado, 18 de octubre de 2008

SOBRE LOS PAÑOS FRÍOS... y basta de clausuras

Adhiero totalmente a la nota publicada en la página de Tsunami. Y esas palabras me llevaron a reflexionar sobre cuestiones que van más allá del tango y su cultura.
Primero, creo que cualquier movimiento que se inicia (tal como el del Tango en Córdoba, que tiene unos pocos años creciendo masivamente) encuentra en su devenir las dificultades propias del camino que se está abriendo: la resistencia al cambio, la toma de posiciones, el surgimiento de códigos que por novedosos quizás descolocan desde la norma y desde la sociedad…
Sin embargo esto no ha de ser motivo para bajar los brazos. Siempre que se introduce un nuevo elemento en la cultura surgen problemas nuevos que requieren de soluciones nuevas.
Por otro lado, también es cierto que “la comunidad tanguera” puede ser nominada como tal pero si realizamos un abordaje micro podemos apreciar rupturas, posiciones encontradas, celos, etc.
Sinceramente, considero que es hora de un nuevo aprendizaje. Ya han pasado los años suficientes como para que este “movimiento tanguero” deje la ADOLESCENCIA y comience a transitar la MADUREZ de su desarrollo.
No deberíamos analizar los desencuentros sino comenzar a reforzar los puntos de encuentro, justamente aquello que ayuda a convertirnos en COMUNIDAD.
Aprendizaje que no todas las sociedades logran… una buena oportunidad para mostrar y demostrarnos que somos capaces de convivir todos desde las diferencias, apreciando esas diferencias, agradeciendo esas diferencias. No es un aprendizaje fácil, pero aquellas comunidades que han podido hacerlo logran el desarrollo de las condiciones más apropiadas para fortalecer a sus integrantes.


Creo que es hora de crecer. De enriquecernos. De abrir los espacios. De unirnos desde la pasión por el tango respetando las diferencias.
Después de todo, estoy convencida, en el Tango hay lugar para todos.

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